Descubren y Reubican un Conjunto Palaciego en el Tramo 7, Frente 1, en las Inmediaciones de González Ortega, Quintana Roo
Diana K. Blancas Olvera
Sonny M. Ojeda González
Dedicado a Guadarrama Velázquez Luis Inocente. Por su apoyo incondicional y su inagotable pasión, que fueron fundamentales para la realización de este proyecto.
Como parte de la construcción del Tramo 7 del Tren Maya, en el 2023 se identificó un conjunto palaciego que data, posiblemente entre el Clásico Temprano (250 d.C. - 600 d.C.) al Clásico Terminal (800 d.C. - 1000 d.C.), y que, para un mayor acercamiento a la población de Quintana Roo, será reubicado para que pueda apreciarse en su conjunto. Este monumental trabajo se llevó a cabo gracias a la coordinación del Dr. Manuel E. Pérez Rivas, responsable académico del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, y la labor de los arqueólogos, especialistas de distintas disciplinas, trabajadores manuales y albañiles especializados, así como con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Centro INAH Quintana Roo y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
La investigación y la posterior reubicación llevadas a cabo por los especialistas, comenta la jefa de campo del tramo 7 frente 1, Diana K. Blancas Olvera, abren un área de oportunidad que permite la reinterpretación del patrimonio arqueológico de México, en el que se integra la arquitectura moderna y la preservación de los vestigios arqueológicos, valorando el patrimonio cultural y permitiendo su socialización en contextos urbanos.
El conjunto palaciego, que consistió en 16 monumentos registrados, se encontró en el terreno particular del Sr. Natividad Brambila, quien apoyó a los arqueólogos en su investigación, se ubicó cerca de la localidad de González Ortega, a la altura del kilómetro 25 en la carretera federal Chetumal-Villahermosa, en el municipio de Othón P. Blanco, en el Estado de Quintana Roo.
En un inicio, durante la etapa de prospección, donde se explora el área para determinar la existencia de monumentos en el derecho de vía, los especialistas del Tramo 7 frente 1, hallaron un conjunto de monumentos que se mantenía escondido hasta entonces y que, en primera instancia, parecía de menor tamaño.
Posteriormente, como parte de la labor científica que lleva a cabo el INAH, los arqueólogos Manuel U. Morales Ramírez, Andrea Avendaño Avelino, Jocelyn Ruiz Valera, Gustavo Ávalos Capetillo, Jorge Cruz Palma y Luis A. García Pineda excavaron, durante la primera mitad del 2023, los monumentos en donde descubrieron que correspondían a un conjunto palaciego con influencias arquitectónicas del Petén y Río Bec, por lo que se decidió finalmente su preservación y reubicación.
Después de la excavación, y observando la importancia del conjunto de los monumentos que se descubrió, se realizó la reapertura del conjunto palaciego. Esto permitió concluir con su liberación, tener más información sobre el área y, finalmente, comenzar con el proceso de reubicación. Así, el equipo de trabajo de especialistas, conformado por los jefes de campo Diana K. Blancas Olvera y Sonny M. Ojeda Gonzáles; los arqueólogos Luis A. García Pineda, Jocelyn Ruiz Valera, Gustavo Ávalos Capetillo y Raúl S. Eb Dzib; además con el apoyo técnico en campo de Alfredo Fernández Aguas, Diego Álvarez Huchin, Luis A. Arcos Morales y Elizabeth Gutiérrez Ramírez, trabajaron durante 7 meses, entre la segunda y primera mitad del 2023 y 2024, para liberar el conjunto palaciego y dar comienzo con su reubicación.
Durante estos procesos y por medio de las características arquitectónicas, comentan los jefes de campo, se considera que en el conjunto se realizaron varias actividades como la reutilización de elementos arquitectónicos que se pueden notar, por ejemplo, en la ausencia de muros en los cuartos ubicados sobre el basamento de la plaza 1; el posible uso habitacional, observado a través de las banquetas con pigmento rojo que se hallaron al centro de uno de los cuartos; o la realización de actividades públicas o religiosas, como se puede observar por la ubicación de un altar de planta circular al centro de la plaza 2.
También, gracias a las labores de investigación, se registraron ocho entierros y diversos objetos, entre los que resaltan: un metate de piedra verde, vasijas completas como un plato del grupo Águila Naranja, cajetes de paredes altas del Grupo Balanza, una figurilla con rasgos antropomorfos tallados en piedra verde y diversos ornamentos de piedra verde y concha, entre otros materiales. Es importante mencionar que, para la labor del registro arqueológico, arquitectónico y geográfico, se requirió un equipo de especialistas de distintas disciplinas, como el arquitecto Andy L. Segovia Balam, los especialistas en geomática Luis I. Guadarrama Velázquez, Moisés Araiza Gamboa y, para el procesamiento de los modelos en 3D, Mario A. Copca Ortiz.
Finalmente, para el proceso de reubicación, se estableció un código alfanumérico, marcado por medio de una mezcla de cal y pigmento en cada uno de los sillares que conforman los muros. Después, se realizó un escaneo fotogramétrico y escaneo láser de cada uno de los muros y se elaboró un croquis para tener la ubicación espacial de cada elemento. Finalmente, se colocaron los sillares y se reconstruyeron los muros con las medidas en largo, ancho y altura, separando el relleno constructivo para emplearlo en la fase de rearmado y consolidación.
Un Conjunto Palaciego aún por Estudiar
Los jefes de campo de los trabajos arqueológicos, por medio del material cerámico hallado, consideran que el conjunto estuvo ocupado durante el periodo Clásico Temprano (250 d.C. - 600 d.C.) y el Clásico terminal (800 d.C. - 1000 d.C.), el cual también se encuentra asociado a la composición de los estilos arquitectónicos del Petén y Río Bec. Además, comentan los especialistas que, por medio de las continuas remodelaciones y etapas constructivas observadas en el conjunto, se infiere que el espacio tuvo una ocupación constante, la cual también impactó en su configuración espacial y en la reutilización o desmantelamiento de elementos arquitectónicos que realizaron los antiguos mayas.
No cabe duda de la importancia que han tenido en la investigación arqueológica del sur del país las obras llevadas a cabo por la construcción del Tren Maya. Con ello, se refuerza el compromiso del INAH y del Centro INAH Quintana Roo en la investigación de áreas antes desconocidas y en dar a conocer nuestro patrimonio cultural al mundo entero y, principalmente, al pueblo de México.
Ante esto, se ha de mencionar que ha sido una colaboración entre la SEDENA y el INAH, además de la participación de otras Instituciones como el Gobierno del Estado de Quintana Roo, la Agencia de Proyectos Estratégicos del Estado de Quintana Roo (AGEPRO) y BIENESTAR quienes, con su aportación, coadyuvaron al avance de los trabajos del salvamento arqueológico y ahora bien, de las reubicaciones; además de aportar el espacio para la colocación de los sillares y piedras de los monumentos propuestos a trabajar.